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Cuidados del arco y encerdado

Para un buen mantenimiento del arco, éste debe ser encerdado una vez al año como mínimo, pues las crines se estiran con el uso y el tiempo. Éstas deben ser de la mejor calidad porque con ellas el arco hace un esfuerzo menor. Las crines no se acaban cuando se rompen sino cuando se estiran, por el uso y por los cambios climatológicos. A partir de ese momento la vara empieza a sufrir y puede deformarse.

Es muy importante la limpieza del arco cada vez que se cambian las crines. También debe cambiarse la piel de la empuñadura pues ésta absorbe el sudor ácido de la mano, que daña y puede pudrir la madera. Debe ser corregida cualquier deformación que haya sufrido la vara, como la pérdida de curva o un curvado lateral, defecto muy habitual.

También debe observarse que la punta de marfil no esté partida, ya que ésta es una protección para el arco. Lo mismo sucede con las demás piezas del arco: aunque puedan parecer un mero adorno, siempre cumplen una función específica. Lo único que tal vez pueda considerarse un adorno es el ojo de madreperla de la nuez.

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